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III CERTAMEN GENARIANO DE VERSOS BURLESCOS
A continuación se presenta un especial de todo lo relacionado con la convocatoria
del tercer certamen celebrado en 2013.

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ROGATIVA A GENARÍN
Por Pedro Rodríguez Orallo (León)

En la ciudad de León,
en noche de jueves santo,
los vasos llenos y a punto,
y entrada la primavera,
tengo yo por devoción
de santiguar lo que bebo.
Y antes de empezar "trasiego",
aprovechando el embrujo
que nos concede el orujo
y sintiendo que el licor
no pone tiento en mi lengua;
elévote esta plegaria,
este ruego, esta oración
y te pido intervención
Genaro santo y bendito,
protector de lupanares,
de hosterias y de bares.
Prodigioso milagrero
de la Moncha redentor
que iluminaste en su día
a Miche, Chus y Vallejo
para ganar con talante
al Hércules de Alicante;
Y que dejaste tullido
a un sereno algo atrevido
que tu gloria profanó.
A tí santo de los cubos
que el fin del mundo frenaste
desafiando a profetas,
adivinos y videntes
y que hiciste dimitir
al mismo papa de Roma
por andarse con tapujos
en vez de beber orujo.
Te hago aquí declaraciones
y descargo mi conciencia.
Dejen todos sus tareas
y acérquense aquí a escuchar;
Venga todo el pueblo junto,
que no deje de oírme nadie,
que no habrá entre todos uno
al que no le afecte parte.
Óiganme con atención,
ninguno tosa ni hable:
Nací en pleno siglo XX
no falto de adversidades,
nos enseñaron la letra
y con cuanta sangre entra,
con los curas aprendí,
griego, álgebra y latín
y más tarde decidí
seguir las humanidades.
Con la milicia cumplí,
diome fortuna el trabajo
y entre impuestos e hipoteca
se me aclaró la cabeza.
Y por seguir el patrón
como manda tradición
en esta ciudad bravía
hice grandes amistades
entre tabernas y bares,
siguiendo bien el ejemplo
de aquel ilustre maestro
Francisco Pérez Herrero.
Más lo ajeno no gasté.
Dicen las autoridades
que por encima viví
de mis posibilidades.
Y hemos llegado hasta aquí
rozando casi pobreza.
Políticos sin talento
nos recortan los derechos;
Los banqueros usureros
se quedan con nuestra hacienda;
Y empresarios sin conciencia
nos dejan sin el sustento
sin ningún remordimiento.
¡Cuántos infames ilustres!
¡Cuántos ilustres infames!
¡Qué de ladrones en casa!
¡Qué de justos en la cárcel!
Ruego a ti mi buen Genaro
pongas freno a estos desmanes
pues todos aquí gritamos
con el orujo en la mano
i No debemos, no pagamos!
Si has de poner condición
a este pobre penitente
que sean por tu memoria
cuatro copas de aguardiente.



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COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN