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VII CERTAMEN GENARIANO DE VERSOS BURLESCOS
A continuación se presenta un especial de todo lo relacionado con la convocatoria
del séptimo certamen celebrado en 2017.

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VIDA Y MILAGROS DE SAN GENARÍN
Por Fernando Escudero Oliver "El ciego Camuñas" (Madrid)

Romance de ciego aparescido tras la última página del “Mío Cid”, firmada por un tal “El ciego Camuñas”, poeta, robagallinas y saltatapias, amigo de Per Abad y de Anónimo, el mayor escritor de la Edad Media.

Cuentan las brujas de León:
en noche del Jueves Santo
murió ese santo varón
cubierto por negro manto
chafado junto al murallón.
Aliviaba ya por harto
los azumbres del orujo,
fuera aquel el último paso
ante el camión de basura,
aunque se salvase el vaso,
pero no el labio bello,
que por los frenos escasos
fue hasta la empuñadura.


Allí nació el santo patrón,
allí quedó el hombre muerto,
mana allí fuente de orujo,
allí floreció un huerto,
que nos mueve a su devoción
pues son sus milagros ciento:
la que andaba en malos pasos
recatada fue un momento,
lo justo para ir a Lugo
y profesar en convento.
Hércules fue tal vencido,
que en el campo quedó yerto,
pellizcándose en los brazos,
por ver si aquello era cierto.
Tenía el santo su mal genio,
y me corrijan si miento,
que el ladrón de la ofrenda,
no aprovechó pan, ni queso,
ni naranja, ni orujo,
que de él no quedó ni resto
por sacrílego “chorizo”.
Y el cuarto jalón enhiesto
tiene que ver con la picha,
que uno, del riñón enfermo,
sanó en el tercer cubo,
cuando mear es infierno,
pues Genarín piedad tuvo,
salvándole del Averno,
sanándole el viril tubo.

¡Ay, cuánta falta nos hace
tu pobreza San Genarín!
Pues ladrones nos rodean,
¡qué digo a ciento, sino a mil!
Los bancos ya nos asaltan
y cobran por un papelín,
que el dinero parece suyo,
y no nos queda ni un poquín
no ya el treinta, sino el veinte,
que tengo el bolsillo tiesín,
mientras reparten tarjetas
a consejeros de postín,
que no caben en maletas
lo que se llevan de aquí.
¡Cuánto golfo hay que barrer,
padre nuestro San Genarín!
que el camión de la basura
no da abasto hasta allí,
donde roba el político,
a nuestra costa el festín.
Algunos son muy groseros,
otros hechos de alhelí,
nos afanan por los lados,
ya de frente, o de perfil.
Los catalanes ansían
su rayado mandil,
escondernos los sus robos,
con talante puro y gentil.
Los de la rosa dan tortas,
de Ferraz a Puente Genil,
que Susanita y Pedro,
te quieren todo para sí.
¡Ay, cuánta falta nos hace
la limpieza, San Genarín!

El jueves a medianoche,
Genaro volverá a salir,
no necesita silencio,
quien en muro supo morir,
siempre cuatro le acompañan
desde la plaza San Martín,
Eulogio, Nicolás y Luis,
que Paco Pérez no está aquí,
sino en el ruedo celestial,
-bebe orujo con Genarín-
miran mujeres y toros,
cuentan cofrades, más de mil;
por la plaza de la Regla,
corre el mosto carmesí,
se saben aún el Credo,
que es palabra de vivir,
y en recuerdo de Machado,
que es tan bueno de sentir:
dame Buero la escalera,
que en esto no he de mentir,
yo la pensé el primero,
y tú la hiciste servir.
Vanse ya por Carbajalas,
en su borracho devenir,
unas frases para Moncha,
y una escala para subir,
esta ofrenda pobretona,
para el que supo sufrir,
la befa de sus vecinos,
y el santo pellejo curtir,
con la bufanda de orujo,
y algún traguito de anís.

Calle ya este pobre ciego,
que el pan aquí ha ganado,
denle plato de cordero,
si sus versos han gustado,
que soy como un poco tuerto,
pero pobre y honrado,
y también quiero un beso,
de La Moncha en el costado.
Ruega por nos Genarín,
y vente siempre a mi lado,
Pá mear te quedas solo,
frente al muro amurallado,
que el próximo Jueves Santo,
yo seré acofradado,
en los tus bares de León,
por tu embrujo orujado,
y quédese allá La Muerte,
en un rincón olvidado,
que fuiste ejemplo en vida,
aquí mismito, al lado.
Ya me callo San Genaro,
Ya la gorra he sacado,
para los dineros tentar,
y comprar orujo amado,
y en los tus brazos descansar,
quien mama, y ha mamado.



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COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN