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EXCULPATORIO PARA PELLEJINA
Por Urbano Romero Santos (Valladolid)

¡Ay... Pellejina, Pellejina 
que atropellaste a Jenaro! 
Blanco Blanco le dejaste 
con el “pajarín” en la mano. 
Ahora que tanta falta nos hace 
en este valle arrasado. 
Altos Mangantes, tarjetas “black” 
zascandiles 
Urdangarines, Pujoles y mientras 
...tantos desahucios. 
Estos sí que son pellejeros 
pero de muy mal calado. 
Que cumplan cadena perpetua 
¡encerradlos en San Marcos! 
Que “la reuma” los coma 
y que aflojen lo que han robado. 
Líbranos desde allá arriba 
te lo pedimos ¡por Dios, Jenaro! 
Tú que todo lo puedes 
que obraste tantos milagros. 
Como aquel de La Sobarriba 
que de cólicos iba doblado. 
Y al mear echó una piedra 
donde a ti te cantó el gallo. 
 
Haz que el riñón se les “manque” 
que tengan cantos rodados. 
Piedras redondas sacadas 
de la misma plaza del Grano. 
Y acuérdate de la Merkel 
la que controla el cotarro. 
Esa que está como un “trullo” 
de joder al ciudadano. 
Así se dé una “lomada” 
y al fin se quede en el paro. 
Que a ninguno echaremos 
de menos 
que sin ellos el aire es más sano. 
¡Ay... Pellejina, Pellejina 
que nos dejaste sin Jenaro! 
No te lo perdonaré en la vida 
aunque Genarín te ha perdonado. 
Yo que todos los días le rezo 
y más cuando es Jueves Santo. 
Que me sé su vida entera 
del Evangelio Genariano. 
Escrito por aquellos cuatro 
que siempre lo sustentaron. 
 
Sé que en el cielo los guarda 
que los cubre con su manto. 
Tejido de orujo y putas 
del frío están abrigados. 
Seguro que está el Carnero Fermín 
ese bohemio afamado. 
Que siempre fumaba en pipa 
y rebañaba los vasos. 
Y Paco “El Arreglasonrisas” 
también era buen paisano. 
Los últimos en subir al cielo 
“esperábalos” en su regazo. 
Ahora todos de chufla, comparsa 
y garrafina 
sin esperar a Jueves Santo. 
Que también en el cielo habrá putas 
como las que faenaban en 
“El Barranco”. 
¡Ay, qué injusta que es la vida! 
¡Por qué te fuiste, Jenaro! 
León por él es distinta 
no sólo campamento romano. 
Que todas las calles se impregnan 
del orujo de sus pasos. 
Camino de “La Bailabotes” 
para desahogar los quebrantos. 
 
Cómo resuena en la noche 
su voz quebrada gritando: 
“¡Que las pieles de conejo nuevas 
me las guardo como oro en paño!” 
¿Oyes Jenaro el “rebundio”? 
todos te están aclamando. 
Ahora los que le siguen son miles 
antes, al principio, eran cuatro. 
Procesionan a su salud 
con “guirrios” hechos de trapo. 
Subiendo a la murallona 
a dejarle unos regalos. 
Pan, naranja, conejo y queso 
¡qué menú más ajustado! 
Que el resto del año come 
de lo que le sube el hermano. 
“Colgador” como le llaman 
por ser “rapaz” muy gallardo. 
Que trepa pisando las piedras 
del murallón venerado. 
Brotan lágrimas de orujo 
de los allí congregados. 
Al llegar, por fin, todos juntos 
hasta el monte del Calvario. 
¡Qué magia tiene esta noche! 
ruge el León centenario. 
 

Que ninguna ciudad tiene 
a un pellejero en retablo. 
¡Ay... Pellejina, Pellejina 
que atropellaste a Jenaro! 
Blanco Blanco le dejaste 
con el “pajarín” en la mano. 
Que él te tenga en la gloria 
por convertirle en un Santo. 



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