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RUEGOS Y PREGUNTAS
Por Pedro Rodríguez Orallo (León)

Yo he de crear soneto estruendo puro
he de alabar en versos de canalla
al Señor del orujo, al pellejero,
antes que el gallo cante, antes del alba,
antes que Pedro niegue al Nazareno
como a Genaro negó la espuela un tavernero.
Cuando los negros papones
corneta, esquila y tambor
llaman a la procesión
con desentonado canto,
cumpliendo la tradición
orujo, verso y fanfarria,
esta ciudad de León
honra al santo bebedor
que el huerto de los olivos
encontró en un portalón
muy cerca del espolón
para despejar su tranca;
y que sufrió su pasión
a los pies de la muralla
cuando regaba las piedras
con su cálida meada.
Tan grande fué su calvario
que ascendió a la santidad
de santo en el calendario
y sus fieles reclamamos,
que le pongan santuario.
Ya tiene Genarín fiel escudero,
se encuentra ya con él Fermín Carnero
levantamos la copa en su memoria
compañero del alma compañero.
Fumándose la pipa hablará claro
de como están las cosas de este lado,
de como los ministros de Mariano
que mueven hoy los hilos del estado
nos tienen a miseria condenados.
Concedenos Genaro tu consuelo
que lo que ayer fué valor hoy es canguelo
y hasta en esta tu plaza, la del grano
quieren si se les deja meter mano;
¡ Plazoleta leonesa !
voz de los tiempos pasados
versaba con gran esmero Francisco Perez Herrero
levantemos en su honor otra copa de licor.
Nos dicen los eruditos con rigor
que han hallado ¡ Gran valor !
allá por Valdelugueros
al hombre de las cavernas,
al que fuera antecesor
del señor de las tavernas.
Ataulfo y Wenceslao
se llaman las osamentas.
Respetando tu virtud
me planteo estas preguntas:
¿Pueden se antecedente
del que fué gran cazador
y mejor recolector
de conejos y aguardiente?
¿Vivieron el mesolítico
antes de beber Genaro
en los mesones más míticos?
Que nos digan sin tapujos
¿Presentaban fenotipo
del buen bebedor de orujo?
¿Debemos dar a Genaro un origen africano?
Aquí nos queda el dilema
a estos pobres penitentes,
Ataulfo, Wenceslao y Genaro
¿Eran parientes?
Ya liberada la mente
de esta incognita latente,
cuando el licor me pica y enloquece
hecho yo fuera voces y loqueces,
me siento ¡ Vive Dios ! tu buen vasallo,
con estos versos que son para alagarte,
este rumor que escuchas de alegría,
por las glorias que vendrán y que repartes
a los fieles seguidores de tu suerte.
Es hora de embriagarnos sin descanso,
de orujo, poesía, de tu encanto
y siguiendo tus costumbres
que nunca fueron un lujo
bebamos en tu memoria
una copina de orujo.



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