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RECORRIDO DEL ENTIERRO DE GENARÍN
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         En la plaza del Grano comienza la única procesión laica que recorre todos los años las calles de León en la noche del Jueves Santo. En ese lugar, "cita secreta", se reúnen todos los cofrades y algunos de los más allegados de los devotos para formar la más original y surrealista de las procesiones que recorren las calles de las ciudades de este país durante la Semana Santa.

         La imagen de Genarín sale saludando con la botella en la mano a todos los leoneses que tienen a bien acompañarle en esta recreación de lo que fue su último paseo por las calles y tabernas de la ciudad. Con su expresión de hombre humilde, con su cara marcada por años, las penurias y el frío de esta región, en la que solo el orujo aportaba el calor suficiente para ayudar en el continuo deambular por la ciudad, comprando pellejos de conejo y liebre.

         Los cuatro Evangelistas, Paco, Eulogio, Nicolás y Luís, también tienen su presencia en este cortejo, interpretados en cuatro cabezudos que van haciendo muy buenas migas con los que por allí se congregan y nos acompañan en todo el recorrido.

          Destacada presencia tiene también el paso de La Moncha, pujado exclusivamente por mujeres, y que representa el momento en el que esta prostituta, acude a ocultar el cadáver del pellejero después de ser atropellado, utilizando las hojas de un periódico local de la época, llamado La Mañana, el mismo periódico que publicó en uno de sus artículos el suceso de este atropello a los pies de la muralla, en aquella noche de Jueves Santos de 1929.

         Detrás, terrorífica, acechando, La Muerte. Con su gesto fatídico espera el momento oportuno para privarnos del mejor de los leoneses en sabiduría y santidad.

         Son muchas las personas que acompañan a este puñado de ilustres personajes. Montados los pasos, cogidas las antorchas y colocados los cabezudos se espera al Abad y al grupo de los Seises para comenzar la procesión. Ya se oyen algunos gritos propios del acontecimiento: "Coca cola asesina, el orujo al poder"...

         Todos se despiden, el Abad ha llegado, la música comienza a sonar, los gritos de "Genaro, Genaro" llenan la plaza; comienza la procesión hacia la plaza de San Martín y de allí a la calle de la Sal, donde el Santo Pellejero tomó una copa de orujo y contando 30 pasos se encaminó hacia la catedral, en dirección a la calle los Perales, y a éste, el que sería el fatídico lugar de su muerte en la carretera de los Cubos.



   



Primer brindis de Genarín en el momento de la salida




Tres de los cuatro cabezudos que representan a los evangelistas




El espíritu del fuego de las antorchas envuelve toda la procesión




COFRADÍA DE NUESTRO PADRE GENARÍN